El Acueducto
Información cedida por Turismo de Segovia
Mas información en http://acueducto.turismodesegovia.com
Para su construcción, los romanos utilizaron fuertes andamios que soportaban las cimbras, sobre las que se encajaban las dovelas de los arcos, cuya piedra central, la clave, tenía que estar perfectamente tallada en forma de cuña para así poder ejercer la presión suficiente.
Era necesario marcar los dobles agujeros que vemos aun hoy, en los extremos de cada sillar de granito ya que para elevarlos usaban grandes tenazas metálicas. Estas tenazas se cerraban al tirar hacia arriba y se apretaban con el propio peso de la piedra.
Los sillares ubicados a poca altura o por debajo del suelo eran colocados en su sitio transportándolos directamente hasta su disposición final desplazándolos mediante rodillos de encina, arrastrándolos por pequeñas rampas de madera apoyadas en andamios o desplazadas gracias a la fuerza de los animales de tiro.
Cuando la altura era mayor a la estatura de un hombre, utilizaban ruedas de elevación de grandes dimensiones, movidas por esclavos, que daban vueltas a un eje en el que se enrollaba la cuerda de cáñamo que, por un sistema de poleas, permitía izar los sillares.
En los andamios otro grupo de obreros estaba pendientes de su colocación en el sitio correcto, ajustando los sillares, mediante palancas. Finalmente el cantero, in situ, acababa la obra con el labrado y tallado de las caras de cada piedra.
Las marcas hoy visibles de la construcción en época romana son los de ajuste, picado y almohadillado: las de ajuste son las hendiduras en la arista superior e inferior. Estas hendiduras se producen al introducir una palanca de hierro que hacía posible colocar los sillares en su posición final. Las marcas de picado están realizadas a golpes de pico formando estrías verticales en los sillares que conforman los extremos de los pilares y las marcas de almohadillado se producían para estilizar las aristas verticales.
En algunas piedras aún pueden apreciarse las hendiduras en las que se introducían las cuñas de madera, que se hinchaban con agua para lograr perfectos cortes en el granito.
El Acueducto es más ancho en la parte inferior y va disminuyendo al aumentar su altura. Es esta una solución ingeniosa que ayuda a soportar su propio peso.
La unión de los sillares «opus quadrata» está realizada sin argamasa, cemento o plomo. Los sillares se mantienen unidos gracias a un perfecto estudio de empujes de las piedras.
Centro de Interpretación del Acueducto:
El complejo de la Real Casa de la Moneda alberga el Centro de Interpretación del Acueducto. El monumento más emblemático de la ciudad de Segovia está fuertemente vinculado a la Real Casa de Moneda ya que, primero en la Vieja Casa de Moneda y después en el Real Ingenio, se acuñaron reales con una marca de ceca que dió la vuelta al mundo y se convirtió en todo un símbolo: el Acueducto de Segovia.
Haciendo honor a esta centenaria relación hoy día podemos visitar este moderno espacio interactivo y multimedia. El agua, hilo conductor en todo el complejo del Real Ingenio, nos guía a lo largo de más de 15 kilómetros de longitud del Acueducto romano mejor conservado del mundo, recorriendo los más de 2.000 años de historia de este monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1985.
Mas información en http://acueducto.turismodesegovia.com
El Alcázar
Información cedida por Turismo de Segovia
Más información en http://www.turismodesegovia.com
Su perfil aparece como un buque imaginario sobre el tajo en el que confluyen los ríos Eresma y Clamores, festoneado por el escenario de ocres y azules de la llanura y la sierra. Le anteceden unos cuidados jardines con el monumento erigido a los héroes de la Guerra de la Independencia Daoiz y Velarde, obra del escultor segoviano Aniceto Marinas. A la izquierda la Casa de la Química, construida en la época de la Ilustración y centro de investigación de Louis Proust.
A ambos lados del castillo se nos ofrecen espléndidas vistas del Pinarillo (con el cementerio judío) y de la Iglesias de la Vera Cruz y Zamarramala
Un profundo foso con puente levadizo abre paso a una fortaleza de ubicación privilegiada, posiblemente habitada desde la época celta. El castillo, convertido en Alcázar -residencia real- en el s. XIII, adquirirá su fisonomía gótica en los tiempos de Juan II y Enrique IV. Su restauración ha sido continua tras un grave incendio ocurrido en 1862 y que a punto estuvo de destruirlo definitivamente. Sin embargo, en 1882, reinando Alfonso XII, se inició su reconstrucción, ya nunca abandonada por el Patronato del Alcázar, que ha ido restaurando artesonados, frisos, retablos y muros.
En la silueta del monumento destaca la torrecita de Alfonso X El Sabio, en el ángulo norte, desde la que este monarca estudiaba el firmamento, y la torre de Juan II, de 80 m. de altura, con bellos esgrafiados y doce torrecillas adornando su volumen. En sus estrechas y frías prisiones pasaron días penosos nobles caídos en desgracia como Don Álvaro de Luna y otros imaginarios como Don Torcuato de «El Delincuente Honrado» de Jovellanos.
A través de una empinada y extenuante escalera de caracol, el visitante puede acceder a la parte superior de la torre, desde donde se divisa una bellísima vista de la ciudad, así como los barrios de San Marcos y Zamarramala y la cantera de la que se extrajo parte de la piedra empleada en la Catedral.
En el interior y alrededor del Patio de Armas -marco habitual de conciertos de música de cámara- y del Patio del Reloj se sitúan las estancias. A la izquierda están las salas dedicadas al Colegio de Artillería; a la derecha, el Palacio de los Reyes de Castilla, núcleo principal del edificio. Sobresalen por su belleza la Sala de Ajimeces; de la Galera, cuyo artesonado ha sido reconstruido recientemente; del Trono -con una llamativa techumbre mudéjar, procedente de Urones de Castroponce (Valladolid) y obra de Xadel Alcalde, autor de la que existía en la misma sala antes del incendio-; de la Chimenea; del Cordón; de las Piñas; la Cámara Regia; el Tocador de la Reina y la Capilla en la que podemos ver un retablo de la escuela castellana del primer cuarto del siglo XVI procedente de Viana de Cega (Valladolid) y otro dedicado a Santiago Apóstol, así como la Adoración de los Reyes, pintada en 1600 por Bartolomé Carduccio. De todas ellas, destaca la Sala de Reyes con un extraordinario artesonado de hexágonos y rombos dorados y un original friso en el que 52 imágenes policromadas y sedentes representan a los Reyes y Reinas de Asturias, León y Castilla desde Don Pelayo hasta Juana la Loca.
Dirección | Plaza de la Reina Victoria Eugenia – Paseo de Juan II |
Horario | De Octubre a Marzo: de 10.00 a 18.00h. De Abril a Septiembre: de 10.00 a 19.00h. Viernes y Sábado: hasta 19h/td> |
Precio | 4.00€ Grupos estudiantes, mayores de 65 años, AAVV, asociaciones (previa petición de cita): 2.50€ Segovianos: 1.00€. Tercer martes de cada mes, excepto festivos, entrada gratuita. Ciudadanos de la UE |
Torre de Juan II | Tarifa única: 2€ |
Contacto | Tlf: 921 460 759 Fax: 921 460 755 |
La Catedral
Información cedida por Turismo de Segovia
Más información en http://www.turismodesegovia.com
La Plaza Mayor está enmarcada por los bellos pináculos del ábside de la Catedral, punto de reunión vespertino de las cigüeñas. De estilo gótico tardío, comenzó a construirse en 1525, con la colaboración desinteresada de los segovianos, bajo la dirección de los arquitectos de la familia Gil de Hontañón. Sustituyó a la Catedral Vieja situada en los actuales jardines del Alcázar y destruida durante la Guerra de las Comunidades en 1520.
En su exterior, al oeste, está la fachada principal, conocida como Puerta del Perdón, con la escultura de la Virgen, obra de Juan Guas.
Junto a ella se extiende el Enlosado, un espacio utilizado actualmente para actividades culturales. La torre, situada en el lado de la Epístola, es uno de los elementos más llamativos por su gran altura, y ha estado habitada hasta mediados del siglo XX por el campanero. Constituye un privilegiado mirador sobre la ciudad, aunque sólo es posible acceder a ella con un permiso especial del Cabildo.
Al sur se abre la Puerta de San Geroteo, primer obispo de Segovia y, al norte, la Puerta de San Frutos, construida en honor del patrono de la ciudad a principios del s. XVII. Otro foco de interés es el ábside, que linda con la Judería Vieja, aderezado por contrafuertes y pináculos de gótico florido, de piedra caliza, rodeando la gran cúpula.
La planta es de tres naves con crucero, con ábside semicircular en la cabecera y girola, rodeada de capillas.
La grandiosidad y armonía de dimensiones define el interior. Observación pausada merecen las vidrieras (s. XVI), el Retablo Mayor dedicado a Ntra. Sra. de la Paz (s. XIV), donada a la ciudad por Enrique IV, la sillería del coro (fines del s. XV) procedente de la Catedral Vieja, los bellos órganos barrocos, la rejería o el trascoro neoclásico que guarda la urna con las reliquias de San Frutos.
Alberga 18 capillas que se encuentran en la girola y en las naves laterales, con importantes pinturas y esculturas. En su interior destacan el Calvario románico situado en la entrada de la Capilla del Sacramento; el tríptico de Ambrosius Benson y el retablo de la Piedad, de Juan de Juni, en la Capilla del Santo Entierro, junto a la Puerta de San Frutos; y el Cristo Yacente de Gregorio Fernández.
Un claustro de Juan Guas procedente de la antigua catedral románica y trasladado piedra a piedra a su actual emplazamiento, precede a las salas del Museo Catedralicio. El Archivo Catedralicio conserva más de 500 incunables, entre ellos el Sinodal de Aguilafuente, primer libro impreso en España.
Dirección | Plaza Mayor |
Horario | Octubre a Marzo: de 9,30 a 17,30h. Abril a Septiembre: de 9,30 a 18,30h. |
Contacto | Tlf.: 921 462 205, ext. 16 Fax: 921 460 694 |
Precio | 3€ Grupos superiores a 20 pax y jubilados: 1,50€ |
La Judería
Información cedida por Turismo de Segovia
Más información en http://www.turismodesegovia.com
La Plaza Mayor está enmarcada por los bellos pináculos del ábside de la Catedral, punto de reunión vespertino de las cigüeñas. De estilo gótico tardío, comenzó a construirse en 1525, con la colaboración desinteresada de los segovianos, bajo la dirección de los arquitectos de la familia Gil de Hontañón. Sustituyó a la Catedral Vieja situada en los actuales jardines del Alcázar y destruida durante la Guerra de las Comunidades en 1520.
Conoce sus rincones llenos de historia
La fecha de 1215 es la que marca inequívocamente la presencia judía en Segovia, no obstante, esta presencia habría que remontarla hasta finales del siglo XI.
Los lugares donde existió asentamiento de población judía en Segovia estaban en torno a la actual plaza de la Merced y las parroquias de San Miguel y de San Andrés, todos ellos dentro de la ciudad amurallada. El año 1412 (Pragmática de Catalina de Lancaster) marcó un hito en la aljama de la ciudad ya que en virtud de las Leyes de Ayllón se obligó a un agrupamiento en un espacio que comprendía desde la Almuzara hasta el tramo de muralla situado entre el antiguo matadero y la puerta de San Andrés. Finalmente en 1480 se decreta por parte de los RR.CC. un confinamiento, que se cumplió, en torno a una ubicación que partía de la actual Iglesia del Corpus Christi (antigua Sinagoga Mayor) y que se extendía hasta la plaza del Socorro. Recinto cerrado por siete puertas y cuyo eje principal fue la actual calle de Judería Vieja hasta la Puerta de San Andrés.
Es la sinagoga que mejor se ha conservado de las cinco que existieron en la aljama segoviana. Consta de una sala hipóstila dividida en tres naves, separadas por arcos de herradura y pilares octogonales rematados con capiteles de piñas y roleos. Sobre las naves laterales existe una galería corrida compuesta por arcos de herradura intercalados con arcos pentalobulados cuyos intradoses están decorados con palmetas.
Las primeras documentaciones sobre el templo datan del siglo XIV pero todo parece indicar que la construcción sería del siglo XIII.
En 1410 la Corona se incauta de la Sinagoga, dentro de las tensiones acumuladas que se habían iniciado en Sevilla en 1391 (concretamente en Ecija), consagrándose como iglesia muy poco tiempo después. Actualmente pertenece a la Orden de las Monjas Clarisas.
El barrio judío es un barrio medieval, que nos permite penetrar en un camino de encuentro con el pasado, en un deseo de mostrar las calles, las casas, los corrales donde hombres y mujeres tuvieron su vida y la de sus hijos. Lugares por los que las pisadas de generaciones de judíos anduvieron y que todavía hoy resuenan en nuestros oídos, en nuestro lenguaje, en nuestra cultura. Calles tan evocadoras en su arquitectura como en sus nombres: Judería Vieja, Judería Nueva, Calle de Santa Ana, Corralillo de los huesos…
La puerta de San Andrés, alberga el espacio informativo de la muralla y está ubicada en el lienzo que se extiende desde el Alcázar hasta el Postigo de la Luna. Cerraba la muralla medieval de la ciudad, dando paso al cementerio judío, con el que estaba unido a través del puente de la Estrella.
Cuenta a través de paneles explicativos el funcionamiento de cierre de la puerta de rastrillo así como los diferentes tramos de la muralla que puede apreciarse casi al completo. Pueden ser visitados tanto el cuerpo de guardia como el adarve (unos 300 m. practicables).
La ubicación de la carnicería junto a los puntos de desagüe de la muralla facilitaba la evacuación de la sangre y de los despojos de los animales sacrificados.
La antigua carnicería judía es hoy la sede del Museo de Segovia, antiguo Museo Provincial de Bellas Artes. Data de 1842 y se formó con obras procedentes de los conventos suprimidos por la Desamortización de Mendizábal que no se consideraban merecedoras de ser llevadas al actual Museo del Prado.
Entre sus fondos hay que destacar dos verracos celtibéricos, mosaicos romanos, esmaltes visigodos, una amplia serie de tablas de pintores castellanos y flamencos de los siglos XV y XVI e interesantes colecciones de monedas procedentes de la ceca segoviana, vidrios de La Granja, escultura religiosa, grabados de Durero y Rembrandt y otros autores y pintura contemporánea.
Ha sido trasladado de lugar muchas veces hasta llegar a su sede actual, una fortificación de la muralla conocida como Casa del Sol.
El Centro Didáctico de la Judería, ubicado en la Casa de Abraham Senneor, tiene como objetivo mostrar, enseñar y divulgar a los visitantes la cultura judía, por medio de paneles informativos, proyecciones y una innovadora tecnología audiovisual. Su finalidad es ser el eje que permita la comprensión y visualización del espíritu del barrio que albergó una de las poblaciones judías más numerosa de la corona de Castilla.
Aporta datos específicos sobre la Aljama de Segovia y sus habitantes, en especial Abraham Senneor, judío destacado en su sociedad que fue dueño de la vivienda que hoy ocupa el Centro.
Además el Centro cuenta con una tienda especializada en hebraica donde se pueden adquirir productos, objetos y libros relacionados con esta cultura.
El cementerio judío se situaba en la ladera izquierda del río Clamores y abarcaba el espacio amurallado comprendido entre la Puerta de San Andrés y la Casa del Sol.
No es posible establecer una datación cronológica con un mínimo de precisión dada la ausencia de losas sepulcrales que nos dieran alguna información. Sí es posible en cambio saber la orientación de los sepulcros (cabecera – oeste y pies -este) tras las sucesivas campañas arqueológicas.
El acceso al cementerio es libre y se encuentra señalizado desde el barrio judío.
Más información: http://juderia.turismodesegovia.com
La Muralla
Información cedida por Turismo de Segovia
Más información en http://www.turismodesegovia.com
Conoce el tramo norte y sur que rodea la ciudad
El cerco de murallas que rodea la ciudad, con un perímetro de más de 3.000 metros, nace y muere en el Alcázar. Su fábrica es de mampostería caliza, cimentada, en parte sobre grandes sillares de granito. Para su construcción se emplearon también lápidas de la antigua necrópolis romana. Tenía cinco puertas: Santiago, San Cebrián, San Juan, San Martín y San Andrés. De ellas permanecen las de Santiago y la de San Cebrián en el lado norte, y San Andrés en el lado sur. Tuvo además varios portillos: del Alcázar, de la Fuente Cercada, Picado o de San Matías, de San Juan, del Consuelo, de la Luna, del Sol y del Obispo. Actualmente sólo se conservan el del Consuelo y el de San Juan, y a finales del siglo XX se reconstruyeron los de El Sol y La Luna.
Segovia está situada en el interfluvio de los ríos Clamores y Eresma, sobre una meseta que se presenta por sí misma como un enclave fácilmente defendible; factor que fue aprovechado por sus primeros pobladores en épocas neolíticas. Posteriormente, el castro donde actualmente se asienta el Alcázar, fue ocupado por diferentes pueblos prerromanos, principalmente celtíberos.
Tras la crisis del Imperio romano en el siglo III, tuvo lugar un proceso de amurallamiento que recorrió las posesiones imperiales, por lo que muy probablemente sea éste el origen del primer trazado de muralla en la ciudad.
La reconquista cristiana de Segovia fue llevada a cabo por Alfonso VI en el año 1088. Esta misión conllevaba el refuerzo de las defensas de la ciudad, para lo que levantó una cerca que en forma y trazado se asemeja mucho a la que ha llegado hasta nuestros días.
La pérdida del valor defensivo de la muralla durante el siglo XVI influyó en el urbanismo de la ciudad, pues se construyeron viviendas adosadas a la misma e incluso sobre ella.
A partir del siglo XVII, las puertas y sus labores de portazgo se abandonaron. La muralla perdió entonces su valor defensivo, simbólico y territorial.
Durante el siglo XIX, la muralla, es considerada ya como un estorbo urbanístico; su demolición sirvió en algunos casos como pretexto para disminuir el paro obrero.
El siglo XX trae un cambio de mentalidad y, con él, la necesidad de conservar y valorar la muralla se hace patente. Comienza entonces una continua labor de restauración y conservación que llega a nuestros días.
En 1941, toda la «parte vieja de la ciudad comprendida dentro del antiguo recinto amurallado» es declarada Conjunto Histórico-Artístico. Finalmente, en 1985, la UNESCO declara al recinto amurallado de Segovia y a su Acueducto, Patrimonio de la Humanidad.
Disfruta de las visitas que te ofrece Turismo de Segovia, en un entorno único como es la muralla de Segovia.
-RECORRIENDO LA MURALLA
En esta visita conocerás una buena parte de la muralla de Segovia, una de las pocas que se conservan completas en España.
El recorrido comienza en la Puerta de San Andrés y continúa hacia el Museo de Segovia, el Alcázar, el Jardín de los Poetas, la Puerta de San Cebrián, y el Jardín de Delibes, hasta llegar al Postigo del Consuelo desde donde admirar una de las mejores panorámicas del Acueducto.
Más información: http://muralla.turismodesegovia.com/
El Acueducto
Información cedida por Turismo de Segovia
Mas información en http://acueducto.turismodesegovia.com
Para su construcción, los romanos utilizaron fuertes andamios que soportaban las cimbras, sobre las que se encajaban las dovelas de los arcos, cuya piedra central, la clave, tenía que estar perfectamente tallada en forma de cuña para así poder ejercer la presión suficiente.
Era necesario marcar los dobles agujeros que vemos aun hoy, en los extremos de cada sillar de granito ya que para elevarlos usaban grandes tenazas metálicas. Estas tenazas se cerraban al tirar hacia arriba y se apretaban con el propio peso de la piedra.
Los sillares ubicados a poca altura o por debajo del suelo eran colocados en su sitio transportándolos directamente hasta su disposición final desplazándolos mediante rodillos de encina, arrastrándolos por pequeñas rampas de madera apoyadas en andamios o desplazadas gracias a la fuerza de los animales de tiro.
Cuando la altura era mayor a la estatura de un hombre, utilizaban ruedas de elevación de grandes dimensiones, movidas por esclavos, que daban vueltas a un eje en el que se enrollaba la cuerda de cáñamo que, por un sistema de poleas, permitía izar los sillares.
En los andamios otro grupo de obreros estaba pendientes de su colocación en el sitio correcto, ajustando los sillares, mediante palancas. Finalmente el cantero, in situ, acababa la obra con el labrado y tallado de las caras de cada piedra.
Las marcas hoy visibles de la construcción en época romana son los de ajuste, picado y almohadillado: las de ajuste son las hendiduras en la arista superior e inferior. Estas hendiduras se producen al introducir una palanca de hierro que hacía posible colocar los sillares en su posición final. Las marcas de picado están realizadas a golpes de pico formando estrías verticales en los sillares que conforman los extremos de los pilares y las marcas de almohadillado se producían para estilizar las aristas verticales.
En algunas piedras aún pueden apreciarse las hendiduras en las que se introducían las cuñas de madera, que se hinchaban con agua para lograr perfectos cortes en el granito.
El Acueducto es más ancho en la parte inferior y va disminuyendo al aumentar su altura. Es esta una solución ingeniosa que ayuda a soportar su propio peso.
La unión de los sillares «opus quadrata» está realizada sin argamasa, cemento o plomo. Los sillares se mantienen unidos gracias a un perfecto estudio de empujes de las piedras.
Centro de Interpretación del Acueducto:
El complejo de la Real Casa de la Moneda alberga el Centro de Interpretación del Acueducto. El monumento más emblemático de la ciudad de Segovia está fuertemente vinculado a la Real Casa de Moneda ya que, primero en la Vieja Casa de Moneda y después en el Real Ingenio, se acuñaron reales con una marca de ceca que dió la vuelta al mundo y se convirtió en todo un símbolo: el Acueducto de Segovia.
Haciendo honor a esta centenaria relación hoy día podemos visitar este moderno espacio interactivo y multimedia. El agua, hilo conductor en todo el complejo del Real Ingenio, nos guía a lo largo de más de 15 kilómetros de longitud del Acueducto romano mejor conservado del mundo, recorriendo los más de 2.000 años de historia de este monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1985.
Mas información en http://acueducto.turismodesegovia.com
El Alcázar
Información cedida por Turismo de Segovia
Más información en http://www.turismodesegovia.com
Su perfil aparece como un buque imaginario sobre el tajo en el que confluyen los ríos Eresma y Clamores, festoneado por el escenario de ocres y azules de la llanura y la sierra. Le anteceden unos cuidados jardines con el monumento erigido a los héroes de la Guerra de la Independencia Daoiz y Velarde, obra del escultor segoviano Aniceto Marinas. A la izquierda la Casa de la Química, construida en la época de la Ilustración y centro de investigación de Louis Proust.
A ambos lados del castillo se nos ofrecen espléndidas vistas del Pinarillo (con el cementerio judío) y de la Iglesias de la Vera Cruz y Zamarramala
Un profundo foso con puente levadizo abre paso a una fortaleza de ubicación privilegiada, posiblemente habitada desde la época celta. El castillo, convertido en Alcázar -residencia real- en el s. XIII, adquirirá su fisonomía gótica en los tiempos de Juan II y Enrique IV. Su restauración ha sido continua tras un grave incendio ocurrido en 1862 y que a punto estuvo de destruirlo definitivamente. Sin embargo, en 1882, reinando Alfonso XII, se inició su reconstrucción, ya nunca abandonada por el Patronato del Alcázar, que ha ido restaurando artesonados, frisos, retablos y muros.
En la silueta del monumento destaca la torrecita de Alfonso X El Sabio, en el ángulo norte, desde la que este monarca estudiaba el firmamento, y la torre de Juan II, de 80 m. de altura, con bellos esgrafiados y doce torrecillas adornando su volumen. En sus estrechas y frías prisiones pasaron días penosos nobles caídos en desgracia como Don Álvaro de Luna y otros imaginarios como Don Torcuato de «El Delincuente Honrado» de Jovellanos.
A través de una empinada y extenuante escalera de caracol, el visitante puede acceder a la parte superior de la torre, desde donde se divisa una bellísima vista de la ciudad, así como los barrios de San Marcos y Zamarramala y la cantera de la que se extrajo parte de la piedra empleada en la Catedral.
En el interior y alrededor del Patio de Armas -marco habitual de conciertos de música de cámara- y del Patio del Reloj se sitúan las estancias. A la izquierda están las salas dedicadas al Colegio de Artillería; a la derecha, el Palacio de los Reyes de Castilla, núcleo principal del edificio. Sobresalen por su belleza la Sala de Ajimeces; de la Galera, cuyo artesonado ha sido reconstruido recientemente; del Trono -con una llamativa techumbre mudéjar, procedente de Urones de Castroponce (Valladolid) y obra de Xadel Alcalde, autor de la que existía en la misma sala antes del incendio-; de la Chimenea; del Cordón; de las Piñas; la Cámara Regia; el Tocador de la Reina y la Capilla en la que podemos ver un retablo de la escuela castellana del primer cuarto del siglo XVI procedente de Viana de Cega (Valladolid) y otro dedicado a Santiago Apóstol, así como la Adoración de los Reyes, pintada en 1600 por Bartolomé Carduccio. De todas ellas, destaca la Sala de Reyes con un extraordinario artesonado de hexágonos y rombos dorados y un original friso en el que 52 imágenes policromadas y sedentes representan a los Reyes y Reinas de Asturias, León y Castilla desde Don Pelayo hasta Juana la Loca.
Dirección | Plaza de la Reina Victoria Eugenia – Paseo de Juan II |
Horario | De Octubre a Marzo: de 10.00 a 18.00h. De Abril a Septiembre: de 10.00 a 19.00h. Viernes y Sábado: hasta 19h/td> |
Precio | 4.00€ Grupos estudiantes, mayores de 65 años, AAVV, asociaciones (previa petición de cita): 2.50€ Segovianos: 1.00€. Tercer martes de cada mes, excepto festivos, entrada gratuita. Ciudadanos de la UE |
Torre de Juan II | Tarifa única: 2€ |
Contacto | Tlf: 921 460 759 Fax: 921 460 755 |
La Catedral
Información cedida por Turismo de Segovia
Más información en http://www.turismodesegovia.com
La Plaza Mayor está enmarcada por los bellos pináculos del ábside de la Catedral, punto de reunión vespertino de las cigüeñas. De estilo gótico tardío, comenzó a construirse en 1525, con la colaboración desinteresada de los segovianos, bajo la dirección de los arquitectos de la familia Gil de Hontañón. Sustituyó a la Catedral Vieja situada en los actuales jardines del Alcázar y destruida durante la Guerra de las Comunidades en 1520.
En su exterior, al oeste, está la fachada principal, conocida como Puerta del Perdón, con la escultura de la Virgen, obra de Juan Guas.
Junto a ella se extiende el Enlosado, un espacio utilizado actualmente para actividades culturales. La torre, situada en el lado de la Epístola, es uno de los elementos más llamativos por su gran altura, y ha estado habitada hasta mediados del siglo XX por el campanero. Constituye un privilegiado mirador sobre la ciudad, aunque sólo es posible acceder a ella con un permiso especial del Cabildo.
Al sur se abre la Puerta de San Geroteo, primer obispo de Segovia y, al norte, la Puerta de San Frutos, construida en honor del patrono de la ciudad a principios del s. XVII. Otro foco de interés es el ábside, que linda con la Judería Vieja, aderezado por contrafuertes y pináculos de gótico florido, de piedra caliza, rodeando la gran cúpula.
La planta es de tres naves con crucero, con ábside semicircular en la cabecera y girola, rodeada de capillas.
La grandiosidad y armonía de dimensiones define el interior. Observación pausada merecen las vidrieras (s. XVI), el Retablo Mayor dedicado a Ntra. Sra. de la Paz (s. XIV), donada a la ciudad por Enrique IV, la sillería del coro (fines del s. XV) procedente de la Catedral Vieja, los bellos órganos barrocos, la rejería o el trascoro neoclásico que guarda la urna con las reliquias de San Frutos.
Alberga 18 capillas que se encuentran en la girola y en las naves laterales, con importantes pinturas y esculturas. En su interior destacan el Calvario románico situado en la entrada de la Capilla del Sacramento; el tríptico de Ambrosius Benson y el retablo de la Piedad, de Juan de Juni, en la Capilla del Santo Entierro, junto a la Puerta de San Frutos; y el Cristo Yacente de Gregorio Fernández.
Un claustro de Juan Guas procedente de la antigua catedral románica y trasladado piedra a piedra a su actual emplazamiento, precede a las salas del Museo Catedralicio. El Archivo Catedralicio conserva más de 500 incunables, entre ellos el Sinodal de Aguilafuente, primer libro impreso en España.
Dirección | Plaza Mayor |
Horario | Octubre a Marzo: de 9,30 a 17,30h. Abril a Septiembre: de 9,30 a 18,30h. |
Contacto | Tlf.: 921 462 205, ext. 16 Fax: 921 460 694 |
Precio | 3€ Grupos superiores a 20 pax y jubilados: 1,50€ |
La Judería
Información cedida por Turismo de Segovia
Más información en http://www.turismodesegovia.com
La Plaza Mayor está enmarcada por los bellos pináculos del ábside de la Catedral, punto de reunión vespertino de las cigüeñas. De estilo gótico tardío, comenzó a construirse en 1525, con la colaboración desinteresada de los segovianos, bajo la dirección de los arquitectos de la familia Gil de Hontañón. Sustituyó a la Catedral Vieja situada en los actuales jardines del Alcázar y destruida durante la Guerra de las Comunidades en 1520.
Conoce sus rincones llenos de historia
La fecha de 1215 es la que marca inequívocamente la presencia judía en Segovia, no obstante, esta presencia habría que remontarla hasta finales del siglo XI.
Los lugares donde existió asentamiento de población judía en Segovia estaban en torno a la actual plaza de la Merced y las parroquias de San Miguel y de San Andrés, todos ellos dentro de la ciudad amurallada. El año 1412 (Pragmática de Catalina de Lancaster) marcó un hito en la aljama de la ciudad ya que en virtud de las Leyes de Ayllón se obligó a un agrupamiento en un espacio que comprendía desde la Almuzara hasta el tramo de muralla situado entre el antiguo matadero y la puerta de San Andrés. Finalmente en 1480 se decreta por parte de los RR.CC. un confinamiento, que se cumplió, en torno a una ubicación que partía de la actual Iglesia del Corpus Christi (antigua Sinagoga Mayor) y que se extendía hasta la plaza del Socorro. Recinto cerrado por siete puertas y cuyo eje principal fue la actual calle de Judería Vieja hasta la Puerta de San Andrés.
Es la sinagoga que mejor se ha conservado de las cinco que existieron en la aljama segoviana. Consta de una sala hipóstila dividida en tres naves, separadas por arcos de herradura y pilares octogonales rematados con capiteles de piñas y roleos. Sobre las naves laterales existe una galería corrida compuesta por arcos de herradura intercalados con arcos pentalobulados cuyos intradoses están decorados con palmetas.
Las primeras documentaciones sobre el templo datan del siglo XIV pero todo parece indicar que la construcción sería del siglo XIII.
En 1410 la Corona se incauta de la Sinagoga, dentro de las tensiones acumuladas que se habían iniciado en Sevilla en 1391 (concretamente en Ecija), consagrándose como iglesia muy poco tiempo después. Actualmente pertenece a la Orden de las Monjas Clarisas.
El barrio judío es un barrio medieval, que nos permite penetrar en un camino de encuentro con el pasado, en un deseo de mostrar las calles, las casas, los corrales donde hombres y mujeres tuvieron su vida y la de sus hijos. Lugares por los que las pisadas de generaciones de judíos anduvieron y que todavía hoy resuenan en nuestros oídos, en nuestro lenguaje, en nuestra cultura. Calles tan evocadoras en su arquitectura como en sus nombres: Judería Vieja, Judería Nueva, Calle de Santa Ana, Corralillo de los huesos…
La puerta de San Andrés, alberga el espacio informativo de la muralla y está ubicada en el lienzo que se extiende desde el Alcázar hasta el Postigo de la Luna. Cerraba la muralla medieval de la ciudad, dando paso al cementerio judío, con el que estaba unido a través del puente de la Estrella.
Cuenta a través de paneles explicativos el funcionamiento de cierre de la puerta de rastrillo así como los diferentes tramos de la muralla que puede apreciarse casi al completo. Pueden ser visitados tanto el cuerpo de guardia como el adarve (unos 300 m. practicables).
La ubicación de la carnicería junto a los puntos de desagüe de la muralla facilitaba la evacuación de la sangre y de los despojos de los animales sacrificados.
La antigua carnicería judía es hoy la sede del Museo de Segovia, antiguo Museo Provincial de Bellas Artes. Data de 1842 y se formó con obras procedentes de los conventos suprimidos por la Desamortización de Mendizábal que no se consideraban merecedoras de ser llevadas al actual Museo del Prado.
Entre sus fondos hay que destacar dos verracos celtibéricos, mosaicos romanos, esmaltes visigodos, una amplia serie de tablas de pintores castellanos y flamencos de los siglos XV y XVI e interesantes colecciones de monedas procedentes de la ceca segoviana, vidrios de La Granja, escultura religiosa, grabados de Durero y Rembrandt y otros autores y pintura contemporánea.
Ha sido trasladado de lugar muchas veces hasta llegar a su sede actual, una fortificación de la muralla conocida como Casa del Sol.
El Centro Didáctico de la Judería, ubicado en la Casa de Abraham Senneor, tiene como objetivo mostrar, enseñar y divulgar a los visitantes la cultura judía, por medio de paneles informativos, proyecciones y una innovadora tecnología audiovisual. Su finalidad es ser el eje que permita la comprensión y visualización del espíritu del barrio que albergó una de las poblaciones judías más numerosa de la corona de Castilla.
Aporta datos específicos sobre la Aljama de Segovia y sus habitantes, en especial Abraham Senneor, judío destacado en su sociedad que fue dueño de la vivienda que hoy ocupa el Centro.
Además el Centro cuenta con una tienda especializada en hebraica donde se pueden adquirir productos, objetos y libros relacionados con esta cultura.
El cementerio judío se situaba en la ladera izquierda del río Clamores y abarcaba el espacio amurallado comprendido entre la Puerta de San Andrés y la Casa del Sol.
No es posible establecer una datación cronológica con un mínimo de precisión dada la ausencia de losas sepulcrales que nos dieran alguna información. Sí es posible en cambio saber la orientación de los sepulcros (cabecera – oeste y pies -este) tras las sucesivas campañas arqueológicas.
El acceso al cementerio es libre y se encuentra señalizado desde el barrio judío.
Más información: http://juderia.turismodesegovia.com
La Muralla
Información cedida por Turismo de Segovia
Más información en http://www.turismodesegovia.com
Conoce el tramo norte y sur que rodea la ciudad
El cerco de murallas que rodea la ciudad, con un perímetro de más de 3.000 metros, nace y muere en el Alcázar. Su fábrica es de mampostería caliza, cimentada, en parte sobre grandes sillares de granito. Para su construcción se emplearon también lápidas de la antigua necrópolis romana. Tenía cinco puertas: Santiago, San Cebrián, San Juan, San Martín y San Andrés. De ellas permanecen las de Santiago y la de San Cebrián en el lado norte, y San Andrés en el lado sur. Tuvo además varios portillos: del Alcázar, de la Fuente Cercada, Picado o de San Matías, de San Juan, del Consuelo, de la Luna, del Sol y del Obispo. Actualmente sólo se conservan el del Consuelo y el de San Juan, y a finales del siglo XX se reconstruyeron los de El Sol y La Luna.
Segovia está situada en el interfluvio de los ríos Clamores y Eresma, sobre una meseta que se presenta por sí misma como un enclave fácilmente defendible; factor que fue aprovechado por sus primeros pobladores en épocas neolíticas. Posteriormente, el castro donde actualmente se asienta el Alcázar, fue ocupado por diferentes pueblos prerromanos, principalmente celtíberos.
Tras la crisis del Imperio romano en el siglo III, tuvo lugar un proceso de amurallamiento que recorrió las posesiones imperiales, por lo que muy probablemente sea éste el origen del primer trazado de muralla en la ciudad.
La reconquista cristiana de Segovia fue llevada a cabo por Alfonso VI en el año 1088. Esta misión conllevaba el refuerzo de las defensas de la ciudad, para lo que levantó una cerca que en forma y trazado se asemeja mucho a la que ha llegado hasta nuestros días.
La pérdida del valor defensivo de la muralla durante el siglo XVI influyó en el urbanismo de la ciudad, pues se construyeron viviendas adosadas a la misma e incluso sobre ella.
A partir del siglo XVII, las puertas y sus labores de portazgo se abandonaron. La muralla perdió entonces su valor defensivo, simbólico y territorial.
Durante el siglo XIX, la muralla, es considerada ya como un estorbo urbanístico; su demolición sirvió en algunos casos como pretexto para disminuir el paro obrero.
El siglo XX trae un cambio de mentalidad y, con él, la necesidad de conservar y valorar la muralla se hace patente. Comienza entonces una continua labor de restauración y conservación que llega a nuestros días.
En 1941, toda la «parte vieja de la ciudad comprendida dentro del antiguo recinto amurallado» es declarada Conjunto Histórico-Artístico. Finalmente, en 1985, la UNESCO declara al recinto amurallado de Segovia y a su Acueducto, Patrimonio de la Humanidad.
Disfruta de las visitas que te ofrece Turismo de Segovia, en un entorno único como es la muralla de Segovia.
-RECORRIENDO LA MURALLA
En esta visita conocerás una buena parte de la muralla de Segovia, una de las pocas que se conservan completas en España.
El recorrido comienza en la Puerta de San Andrés y continúa hacia el Museo de Segovia, el Alcázar, el Jardín de los Poetas, la Puerta de San Cebrián, y el Jardín de Delibes, hasta llegar al Postigo del Consuelo desde donde admirar una de las mejores panorámicas del Acueducto.
Más información: http://muralla.turismodesegovia.com/